-Maestro, esta mañana soleada he visto a un gorrión posado sobre un farola. Me ha llamado la atención y me ha parecido que era una contradicción ver un farola en un día tan soleado. También he pensado que para qué necesita un gorrión la luz de una farola, y también he visto que el gorrión usaba la farola para descansar, para sentirse a salvo y para otear. -Dijo una discípula.
-La luz del sol y la oscuridad de la noche es el mundo natural, pero el día y la noche van juntos, el Hombre quiere la luz del sol y no acepta la oscuridad de la noche y por eso ha creado la electricidad, la luz eléctrica, la cual le ofrece comodidad y facilidades para conseguir sus deseos, placeres, y le permite combatir sus miedos a la oscuridad. -Dijo el Maestro.
-El Hombre siempre está entre dos luces, entre lo natural que es lo que es, y lo artificial que es lo que la gran mayoría quiere ser. ¿Podremos escapar a ésta situación? -Preguntó la misma discípula.
-No sé si podremos escapar. Hasta ahora, ésta tensión o contradicción, está produciendo tres efectos: A unos les lleva a crear cosas como la electricidad. A otros les produce diversas perturbaciones y trastornos que a su vez les crea sufrimiento y que a veces les lleva a dañar a los demás, y sólo a unos pocos les impulsa a buscar una escapatoria, una liberación y una armonía, mediante una transformación interior. -Concluyó el Maestro y guardó silencio.
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