Para alcanzar lo anhelado, el Hombre sube a lo alto.
Desde la escaladas cimas, contempla lo que tiene debajo.
y se siente grande, pero al éxtasis pronto le vence el plazo.
Gran iluso, el cielo soñado, nunca alcanzado,
el espejismo se ve arriba, el precio se paga abajo.
El Hombre sigue soñando
con la luna, con las estrellas,
y cuando viene el alba no despierta,
ilusiones y esperanzas bellas,
y soñando o resignado llega al ocaso.
El Sabio lo ve y lo lamenta,
y armónico y sólo sigue caminando.
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