-Maestro, tú cargas solamente sobre el individuo la responsabilidad de su libertad interior, de su sabiduría y de la armonía. Sin embargo, el individuo tiene muchas limitaciones que puede superar, y la sociedad es artificial e injusta. Además, están las limitaciones que el individuo encuentra en la Naturaleza.
-Verás, muchas de las limitaciones que tiene el individuo pueden ser reducidas o aliviadas con la ayuda de los demás, con la ayuda de ciencia y de la tecnología, pero entonces el individuo pasa a ser dependiente de quienes le ayudan, o de la ciencia y de la tecnología, y en algunos casos, al fiarse de esas ayudas no desarrolla muchas de aquellas capacidades que sí que podría desarrollar por sí mismo. -Dijo el Maestro.
-¿Y qué pasa con la sociedad, pues tu mismo reconoces que es artificial e injusta? -Preguntó el mismo discípulo.
-La sociedad, ni quiere, ni puede, adaptarse a las limitaciones de todos los individuos que la forman, pues sociedad sólo hay una y deseos, necesidades y limitaciones hay muchos y muy diversos, por lo tanto, es el individuo el que tiene que aprender a soportar a la sociedad y adaptarse a ella, es decir, el individuo tiene que entender que la sociedad no va a cambiar, o que difícilmente cambie a su favor, y que todo depende de su flexibilidad frente a ella.
-Dijo el Maestro.
-¿Y qué pasa con las limitaciones que nos pone la Naturaleza? -Preguntó el mismo discípulo.
-Ante la Naturaleza hay dos tipos de limitaciones: Las que encuentran aquellos que quieren dominarla, y las que encuentran aquellos que quieren armonizar con ella. ¿Eres consciente de ésto?, y sobre todo: ¿Eres consciente de que la Naturaleza no puede ser de otra manera? -Dijo el Maestro.
-Aunque estoy de acuerdo con todo lo que has dicho, nos encontramos con unas limitaciones que non podemos vencer, o que no sabemos como vencer. ¿Qué se puede hacer en estos casos?
-Preguntó el mismo discípulo.
-Sólo una pequeñísima minoría alcanza la libertad interior, la sabiduría y la armonía. Los demás tenemos que seguir caminando, y tenemos que hacerlo tanto con nuestras capacidades y facilidades como con nuestras limitaciones y adversidades, todas las cuales son también una escuela, y las tensiones que nos provocan contienen una energía que elevando poco a poco nuestro nivel de conciencia. Esto es todo lo que sé, no sé contestarte de otra manera. -Dijo el Maestro y guardó silencio.