domingo, 4 de noviembre de 2018

MUNDO INTERIOR







    Al día siguiente estaba caminando por el camino que había decidido coger el primero y a media tarde se encontró con Exploradora sentada junto al camino, como si estuviera esperándole. 

  -¿Cómo has sabido que cogería este camino? 
-Preguntó Caminante. 

  -Porque yo también escogí este como el primero. 
-Respondió Exploradora. 

  Caminante quedó sorprendido pero no dejó que la sorpresa le dominara y preguntó:

  -¿Cómo has explorado tu mundo interior?

  -Observando con serenidad. Primero aprendí a distinguir entre las diversas partes de mi mundo interior, después aprendí que no hay que intentar que unas partes dominen sobre las otras, sino dejar que cada una ocupe el lugar que naturalmente le corresponde. -Respondió Exploradora.

  -¿Y cuales son esas partes, según tú? -Preguntó Caminante.

  -La primera es una energía que me impulsa a vivir a buscar la comprensión profunda, que me impulsa a fundirme con el Todo, con el Tao. Con esta energía conviven y se mezclan, armonizan o están en tensión, las emociones, el ego, la mente, la conciencia, el inconsciente y la intuición. Todas estas partes combinadas me producen la sensación de que esa soy yo. -Respondió Exploradora. 

  -Pero tú sabes que esa no eres tú, ¿verdad? 
-Preguntó Caminante. 

  -Claro, pues unas veces me comporto de una manera y otras de otra, incluso ante las mismas o parecidas situaciones, nunca sí como voy a comportarme la próxima vez, y lo mismo me ocurre con mis pensamientos. Ante esto he aprendido algo muy importante: que no solamente  es que haya una energía y unas partes dentro de mi, que no solamente es que todas ellas se relacionen entre sí de diversas maneras, sino que me lleva el ritmo del Tao, o si lo prefieren, que me llevan los vientos y las corrientes de la vida, e intuyo que soy una parte de aquello que me lleva. -Concluyó Exploradora. 


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