domingo, 18 de noviembre de 2018

DEFECTOS, VIRTUDES Y JUSTIFICACIONES




  -¿Cuáles son tus defectos y cuáles son tus virtudes? -Le preguntó Juan a Caminante. 

 -No lo sé. -Contestó Caminante. 

-¿Cómo que no lo sabes? -Exclamó extrañado Juan. 

 -Eso sólo lo saben los demás, yo sólo conozco los argumentos que utilizo para justificarme ante los demás y ante mi mismo. -Contestó Caminante, y Juan le pidió que se explicara mejor, a lo que Caminante le dijo: 

  -Mis defectos son aquellas cosas que molestan a los demás, o que ellos creen que pueden perjudicarles, o aquellas cosas en las que no les complazco. Pero lo que unos ven como defectos tal vez otros lo vean como virtudes. En cuanto a mis virtudes se trata de aquellas cosas que producen algún tipo de placer en los demás, lo que puede servirles de ayuda. Y lo que unos consideran que son mis virtudes, otros pueden verlo como defectos. Tu ves mis defectos y mis virtudes, y los ves según tu propia visión moralista y según tus propios intereses, y eso les ocurre a todos los que me conocen. -Explicó Caminante. 

  -Nunca lo había visto así. ¿Pero estás seguros de que no te ves tus defectos y tus virtudes y que todo lo que me has dicho no es una manera sutil de justificarte? -Preguntó Juan.

  -No, yo no veo mis defectos ni mis virtudes y además no me importan, y tampoco me estoy justificando en esta ocasión. Yo veo lo que les gusta a los demás de mi, y veo lo que les disgusta, y me encuentro con que si quiero que me quieran tengo que darles lo que les gusta y evitar lo que les disgusta, y también me encuentro con que si quiero ser libre no siempre puedo complacer a los demás. -Contestó Caminante. 

  -¿Cómo es posible que digas que no te importan tus defectos y tus virtudes? -Protestó Juan. 

  -A mi lo que realmente me importa es ahondar en mi interior, comprender el mundo que me rodea, vivir tranquilamente y con sencillez, y caminar hacia mi horizonte espiritual. Y claro, me importa que la gente me quiera, y me importa cuando no me quieren, pero defectos y virtudes no entran en mi visión de las cosas, son parte de la visión moralista, una visión que aunque algunas veces evita algunos pequeños males, siempre crea cadenas, produce hipocresías, y siempre impide comprender la realidad de las cosas. -Respondió Caminante. 

  -¿Y en qué situaciones te justificas? -Preguntó Juan. 

 -Cada vez que mi ego se siente atacado y cada vez que mi ego quiere ser admirado o amado. Siendo consciente de esto avanzo en mi camino de comprensión de mi interior, y me ahorro las complejidades, los artificios morales y los sentimientos de culpa que se producen cuando nos enredamos con los defectos y con las virtudes. 
-Concluyó Caminante. 

  Y Juan recordó haber leído un pensamiento clásico chino que decía:

  "No te creas malo y no quieras ser bueno"

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