domingo, 12 de noviembre de 2017

NADA QUE DEMOSTRAR


   "Las palabras verdaderas no son elocuentes;
     las palabras elocuentes no son verdadera.
     Los sabios no precisan probar su opinión;
     quienes precisan probar su opinión no son sabios"
   (Tao Te King. Cap. 81)

   ¿Quienes se dedican a intentar probar sus opiniones?

   * Aquellos que están dominados por su ego y buscan con ello ser queridos y admirados. 

  * Aquellos que están dominados por sus deseos, y creen que probando que están en lo cierto los demás les seguirán y les apoyarán a la hora de conseguir lo que ambicionan. 

    Los sabios no precisan probar sus opiniones porque se han liberado de la tiranía de su ego y de sus deseos. 

   Nuestra sociedad es como una colmena en la que el ruido más persistente es el zumbido de las opiniones de todos aquellos que quieren demostrar sus opiniones, y que continuamente están presionando para que los demás formen parte de su particular colmena, o simplemente para que les den la razón en sus quejas o exigencias. A veces, la abeja zumbadora somos nosotros mismos.

  Además, este zumbido es enormemente confuso y a veces insoportable, pues cada abeja tiene su propia y particular opinión, ¡y qué intensidad y seguridad ponen en sí mismas cada una de las abejas, que además, siempre están con el aguijón dispuesto.!

  Ante ese zumbido, ante el peligro de los aguijones, y ante esas presiones, sólo nos queda el refugio de nuestra soledad serena y la observación y el contacto con la Naturaleza. Sólo estos refugios tienen potencial liberador, pero claro, esta es sólo mi opinión, y aunque no sabio sabio, tampoco pretendo probarla. Sólo cada cual puede probarse las cosas en su propia conciencia, aunque no está demás tener en cuenta sabidurías como la de Lao Tse expresada en el Tao Te King:

       "El Tao nutre porque no fuerza.
         Porque no domina, el Maestro guía."
             (Tao Te King. Cap. 81)


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