viernes, 3 de noviembre de 2017

LA LIBERTAD DE NO CULPAR


           "El fracaso es una oportunidad.
          Pero si culpas a otro por ello,
          la culpa no tendrá fin.

          Así, el Maestro
          cumple sus obligaciones
          y enmienda sus errores.
          Hace lo que precisa ser hecho
          y nada exige de nadie."
            (Tao Te King. Cap. 79)

   El fracaso es una oportunidad para rectificar nuestros errores. Todo fracaso es la consecuencia de uno o de varios errores. La mayoría de la gente cree que el error o los errores consisten en no hacer lo más adecuado para conseguir lo que se desea. Sin embargo, el error consiste en desear más de lo que realmente necesitamos y también en desear más de lo que la vida nos da en su natural fluir.

   Tenemos la tendencia a culpar a los demás de nuestros fracasos y de nuestros males, y a veces estamos moralmente en lo cierto, y los demás nos dan la razón, y otras veces nos equivocamos. Pero esto no es lo verdaderamente importante. Imaginemos que tuviéramos el poder para conseguir que los demás hicieran lo que deseamos que hagan. ¿En qué nos convertiríamos?

   Para mí esta pregunta tiene dos respuestas:

* La más obvia es que nos convertiríamos en unos tiranos. 

* La menos obvia es que nos convertiríamos en unos esclavos, pues nos ataríamos a nuestros deseos y dependeríamos de los demás para conseguirlos. 

   Culpar a los demás hace que ellos se justifiquen y se defiendan y que nos culpen a nosotros, y así la culpa no tiene fin. 

   Culpar a los demás hace que no nos responsabilicemos de lo que nos pasa, y por lo tanto  hace que no rectifiquemos ni cambiemos, pues si la culpa es de los demás, sólo ellos son los que han de cambiar. 

   El Maestro no culpa a nadie, nadie exige a nadie, se limita a hacer lo que cree que ha de ser hecho, y así permanece libre. 

   A veces nos culpamos a nosotros mismos, y esto nos ata a nuestros sentimientos de culpa y baja nuestra autoestima. Sin embargo, quien intenta vivir dejando que la vida siga su flujo natural y siendo fiel a su conciencia, causa poco daño a los demás, y el que causa es porque no puede evitarlo, además, quien intenta vivir así no fracasa, por lo tanto su autoestima no se resiente. 

   No hemos alcanzado la libertad del Maestro, y somos muy frágiles frente a nuestros miedos, a nuestros deseos y a nuestras emociones. De esta manera, queremos vivir en armonía y conforme a nuestra conciencia, pero nuestra fragilidad no siempre nos lo permite. 

   Ser conscientes de estos aspectos significa un paso importante en nuestro camino de liberación. Ser plenamente conscientes es lo que nos permite hacer lo que nuestra conciencia nos dice, y hacerlo espontáneamente y sin esfuerzos, es decir, naturalmente, y todo lo natural es inocente, libre de toda culpa. 


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