jueves, 29 de noviembre de 2018

SIEMPRE HAY...






   Aquella mañana de domingo después de desayunar, Insatisfecha se puso a reflexionar sobre su vida. No tenía problemas y tenía lo necesario para vivir, pero estaba insatisfecha, y no sabía por qué. 

   No sabía por qué el trabajo no la satisfacía, había probado varios trabajos y siempre le pasaba lo mismo, y ya no buscaba otros. No la satisfacían las relaciones amorosas, siempre se encontraba con que al cabo de un tiempo éstas relaciones le decepcionaban. No le satisfacían las relaciones con sus amigos, pues ninguna le proporcionaba las alegrías que esperaba. No le satisfacían las variadas actividades que había realizado, no le convencía ninguna creencia, casi nunca miraba en su mundo interior y apenas sentía la presencia de su conciencia. Toda la energía la destinaba a conseguir satisfacciones.

  Viendo que la mañana era soleada y cálida, decidió coger el coche e irse al campo  a dar un paseo, pero al cabo de media hora ya no le satisfacía ni la belleza del paisaje, ni el canto de los pájaros, ni los colores de las flores y de las mariposas, y la serenidad que reinaba le resultaba aburrida. Se sentó a seguir reflexionando sobre su vida y al cabo de unos minutos vio acercarse a Caminante, el cual lo observaba todo y además le dio la impresión de que estaba satisfecho. Cuando Caminante llegó a su altura no pudo evitar decirle:

 -Parece que todo tiene mucho interés para ti, ¡qué suerte!

 Caminante le sonrió y le dijo:

 -Siempre hay algo que observar, algo sobre lo que ahondar, una libertad para volar, una soledad para cultivar, un fruto para compartir..., y en cada una de esas cosas siempre hay una sabiduría que descubrir.

-Estas palabras me recuerdan a todos los que me dicen que he de ser positiva. -Dijo Insatisfecha en tono despectivo. 

 Caminante no quiso entrar en el tema de lo positivo y de lo negativo, cosas que a él no le interesaban pues le parecían una visión superficial de las cosas, y le dijo:

 -Tú esperas placer y satisfacción de todo y de todos. Pides, incluso puede que exijas, pero ni sabes ser generosa, ni sabes aportar nada a los demás, ni has descubierto otra forma de vivir.

 -¿Cuáles son las otras formas de vivir? -Preguntó Insatisfecha, creyendo que tenía el derecho a que Caminante le diera una solución. 

 -Las que irás descubriendo cuando te cuestiones a fondo tu actual forma de ver las cosas, y sobre todo, cuando dejes de lamentarte de tus insatisfacciones y de creer que las satisfacciones de los demás son cuestión de suerte. -Respondió Caminante, el cual noto a Insatisfecha deseosa de hacer más preguntas, pero Caminante le dijo:

  -Deja de intentar que yo dé respuestas a tus preguntas. Si yo te contesto o si te contesta cualquier otro, nunca aprenderás a mirar dentro de ti, nunca aprenderás a observar,  a ahondar, a volar, a cultivar y a compartir. Aquí tienes, delante de ti y en tu interior, todo lo que necesitas. Eso es todo.  

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