No importa si estamos de frente o de espaldas, pues quienes nos ven sólo ven un reflejo de nuestra realidad.
No importa si miramos lo que está de frente o lo que está de espalda, pues lo que vemos sólo es un reflejo de su realidad.
No importa la posición o la perspectiva, lo que cuenta es la luz de la mirada y el interior del observador, pues así nos llega:
*La ilusión.
*O la comprensión.
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