Cuando se consigue lo buscado, se admira, se premia y se ama a los responsables.
Cuando NO se consigue lo buscado, se castiga a los responsables.
Atrapados en los complejos laberintos de las responsabilidades, de las culpas, de las justificaciones, de las admiraciones, los premios, los amores y los castigos, la realidad no se comprende, pero siguen los intentos de comprenderla para dominarla, y se siguen atribuyendo humanas responsabilidades.
Y siguen las búsquedas de saberes y de poderes, de compasivas ayudas, y de las grandezas de los héroes salvadores, y nos creemos con el arrogante derecho de ser ayudados, y siguen las dinámicas de las responsabilidades.
Y al final aparece aquello para lo que no se encuentran humanas capacidades, y en ello buscamos ayuda, y nos creemos con el arrogante derecho de recibirla, y sigue la dinámica de las responsabilidades.
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