Nuestras creencias son una mezcla variable de nuestra percepción de la realidad y de nuestro nivel de conciencia.
Cuando luchamos por algo en lo que creemos, cambiamos una parte de la realidad, y eso modifica un poco nuestras creencias. Pero al luchar se producen también otros esfectos:
*Por un lado, nunca conseguimos que la realidad sea como la habíamos planeado.
*Por otro lado, perdemos de vista una buena parte de la realidad que nos rodea, y una buena parte de nuestro mundo interior.
*De ésta manera, sólo podemos controlar una pequeña parte de la realidad, mientras que con frecuencia chocamos contra el resto de ella. Aunque tenemos algún control sobre nuestros comportamientos, no tenemos ningún control sobre nuestras creencias. En ninguna situación podemos controlar nuestro nivel de conciencia, pero podemos escucharlo, es lo más fiable que tenemos.
Los vendedores de esperanzas y de ilusiones, a veces modifican una parte de las creencias, y a veces consigen que sus seguidores luchen por ellas, pero a nadie puede cambiarle su nivel de conciencia ningún vendedor.
A veces tenemos que luchar por nuestra supervivencia, para ello nacemos dotados de unos mecanismos naturales, tanto individuales como sociales, con lo cual no necesitamos a las creencias, y al usarlas se convierten en una interferencia que produce más dificultades que soluciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario