Los éxitos conseguidos en los diferentes empeños y luchas, no impiden que el Hombre se sienta necesitado. Pero los seres humanos somos arrogantes:
Unos son tan arrogantes que se creen los preferidos de los seres sobrenaturales, de los héroes, de los santos, de los sabios. Pero después de pedir y de recibir ayuda, al cabo de un tiempo se vuelven a sentir necesitados.
La mayoría se cree superior, o mejor, que los demás seres vivos, pero a pesar de las diferentes formas de control y de poder que ejercen sobre ellos, al cabo de un tiempo se vuelven a sentir necesitados.
Casi todos son adoradores de las capacidades humanas, y confían en que con ellas siempre se acaban encontrando las soluciones, pero mientras las esperan, se sienten necesitados, y siempre hay alguna que NO llega.
Quienes optan por la humildad y por la sencillez, cultivan sus propios huertos, y caminan por caminos cada vez más serenos, más claros, más anchos, más llanos, más libres, más sabios.
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