Para la mayoría de las personas, aunque la resignación les resulta dolorosa, la resignación es el estado en el que les resulta más fácil vivir, pues es el estado en el que tiene menos cosas que comprender y menos dificultades que vencer, y además, siempre tienen a su disposición los placeres que pueden conseguir y que durante algún tiempo les alivian, o bien derrotan, al dolor que sienten.
Para la mayoría de las personas es más fácil crearse esperanzas que aceptar la realidad de las cosas. La mayoría de las personas obtienen más placeres y satisfacciones de las esperanzas que de la aceptación de la realidad. Tal vez por eso se dice que "La esperanza es lo último que se pierde."
Los resignados siempre están en conflicto con la realidad del Universo, de la Naturaleza, de la sociedad, y consigo mismos, para conseguir los placeres suficientes con los que vencer a su dolor. Los esperanzados tienen los mismos conflictos que los resignados, aunque por motivos diferentes: Se trata de unos conflictos que tienen como objetivo conseguir los sueños personales, o bien poder alcanzar los grandes y bellos ideales creados por las esperanzas de la Humanidad.
¿Por qué ésto es así? Las respuestas pueden ser muchas, y al ser tantas, nos resulta muy difícil distinguir entre las verdaderas y las falsas. Sólo cada cual puede explorar en sí mismo y ver algunas de las causas de su propia actitud ante la resignación, ante la esperanza y ante la aceptación.
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