Quien quiere convencer siempre intenta mostrar la mejor imagen de sí mismo.
A quien se quiere convencer siempre muestra ciertas resistencias.
A la hora de convencer a los demás, hay quienes recurren solamente a argumentos de cuya verdad y de cuyos beneficios están sinceramente convencidos. Sin embargo, éstos argumentos on frecuencia convencen a pocos. Por eso, muchas personas recurren a aquellos argumentos que creen que convencerán a los demás. Es decir, dicen lo que los demás quieren oír, prometen aquello que los demás esperan conseguir.
Quienes van aumentando el número de aquellos a los que convencen, pronto se encontrarán con que pueden conseguir más cosas y debido a ésto los demás les verán como una amenaza y entonces surgirán los conflictos. Por otra parte, como podemos ver, nadie convence a todo el mundo, sino que lo que existe en la realidad son diversos grupos de convencidos rivalizando entre sí o bien conflicto abierto.
Convencer a los demás puede producir unos beneficios tanto a quien convence como a quien es convencido, pero siempre será a costa de un grado de dependencia mutua y de uno grado de conflicto con aquellos a quienes no se convence.
*********************************
En el ámbito de nuestras relaciones emocionales personales, a veces intentamos convencer a los demás sólo para demostrarles que somos inocentes, que estamos en lo cierto, sólo para demostrarles que nuestras intenciones son buenas, sólo para conseguir la simpatía y el afecto de aquellas personas que nos importan sinceramente, con el único objetivo de no sentirnos solos, de mostrarles nuestros afectos sinceros, de tener a alguien con quien compartir lo que llevamos dentro. A la hora de intentar éstos convencimientos, unas veces recurrimos solamente a nuestras sinceridades, a aquellos aspectos que creemos que son ciertos y buenos, y otras veces recurrimos a ganarnos su simpatía con cosas que sabemos que a ellos les gustan.
Convencer a los demás puede ser beneficioso para nosotros y para ellosss, pero siempre existe el peligro de crean lazos de dependencia mutua, e incluso algunos conflictos con aquellos a los que no convencemos.
***********************************
Cuando se trata de nuestras convicciones más íntimas, o bien de aquellos aspectos sabios que hemos descubierto por nosotros mismos, a veces tenemos el anhelo sincero de compartirlo con los demás, anhelo en el que sólo se mezclan unos sentimientos amorosos espontáneoss con el deseo de encontrar a unas personas con las que compartir lo que llevamos dentro.
Pero pese a que sólo existen éstas intenciones en nosotros, con frecuencia los demás no se convencen de nuestras visiones de las cosas. Así que hemos de aceptar éstas actitudes para así no frustrarnos ni decepcionarnos. Cada persona tiene sus propia visión y sigue su propio camino, y nadie convence a nadie, cada cual se convence sólo a sí mismo.
Y a cada uno de nosotros
*Para saber si podemos confiar en los demás necesitamos conocer sus propósitos y sus capacidades.
*Para saber si podemos confiar en nosotros mismos necesitamos conocer nuestras capacidades.
*Para saber si podemos confiar en algo necesitamos conocer sus capacidades.
*Los seres sobrenaturales tienen muchas capacidades, pero también tienen unos propósitos que muchas veces desconocemos.
*El Tao, el cual se manifiesta en el curso natural del Universo y de la Naturaleza, así como en nuestra conciencia, no tiene propósitos y tiene todas las capacidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario