El ego tiene la visión de que somos seres diferentes y pide o exige a los demás y al conjunto de la sociedad que se le respeten todas sus diferencias. Nuestro ego ve la libertad como una herramienta para conseguir sus deseos. Nuestro ego pide y exige a la sociedad igualdad de derechos en todos los campos. Cuando nuestro ego no consigue sus deseos, sufre, y unas veces se siente culpable de no conseguirlos, y otras veces culpa a los demás.
Cuando nuestro ego se afirma poco en sus diferencias, no se siente dueño de su vida y con frecuencia ve que son otros los que le dirigen la vida, y se siente frustrado, insatisfecho, pues siente que no está desarrollando todos sus potenciales. Cuanto más se afirma nuestro ego en sus diferencias, más separado se siente de los demás, y ésta separación reduce su capacidad de amar y aumentan las posibilidades de que surjan los conflictos. Para nuestro ego, la libertad siempre va acompañada de los conflictos.
Los principios democráticos reconocen el derecho a conseguir lo deseado, aunque sea regulando qué derechos son legítimos y cuales no, y qué medios son legítimos y cuales no. En torno a los deseos surgen las luchas y los conflictos, y como resultados de ambos surgen las jerarquías, las opresiones, las injusticias, las cuales hacen que la democracia no sea perfecta, o si se prefiere, la democrcia es un reflejo de los niveles de conciencia de quienes dicen defenderla o estar de acuerdo con ella. Sin embargo, las demás formas de relación social ideadas por el Hombre, o bien se basan en las diferencias como justificación de la opresión y de la falta de derechos, o bien intentan imponer una igualdad forzada, uniformada, donde el individuo tiene poco margen para desarrollar sus diferencias.
De los conflictos, de los problemas, del sufrimiento, podemos hacer largas listas de culpables. Pero no hay culpables, lo que hay es que somos seres en evolucón, y nuestro estado esvolutivo actual está dominado por un fuerte dominio de nuestro ego y un escaso desarrollo de nuestro nivel de conciencia, y ésto es algo sobre lo que no tenemos ningún control. Por otra parte, el Hombre actual tiene mucho más desarrolladas sus capacidades para imaginar alternativas que mejoren su situación, que las capacidades necesarias para vivir de acuerdo con lo que imagina como mejor. Y en esta situación vivimos y caminamos, cada uno según sus diferencias, sin ser conscientes de que lo que realmente somos es Universo, Naturaleza y conciencia, y que pese a que podamos vernos como seres diferentes, lo que realmente somos nos hace iguales a todos.
Tenemos dos opciones diferentes para nuestra vida: Identificarnos con nuestro ego, o bien identificarnos con nuestra conciencia. Ambas opciones presentan muchas dificultades, intentar una u otra opción no nos garantiza nada, pero cada una tiene unas consecuencias diferentes para nuestra vida.
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