El Tao no puede conocerse, pero sí que pueden conocerse sus manifestaciones en el Universo y en la Naturaleza, y con ese conocimiento y su aceptación, tenemos suficiente para armonizar con el Tao.
El Hombre se le presentan innumerables misterios, y en el Hombre se da una fuerte tendencia a poner una creencia en aquello que para él es un misterio. Es como si el Hombre, curioso y necesitado de todo el conocimiento, cuando no encuentra el conocimiento que busca pone una creencia, y llega a creer que esa creencia es la realidad. Si se toma la creencia por la realidad, eso hace que dejemos de buscar por nuestra cuenta la verdad de las cosas, pues la creencia ya nos dice lo que es verdad y lo que es mentira. Todo esto le impide al Hombre armonizar con la realidad, puesto que para armonizar con ella primero hay que conocerla y aceptarla.
Si ante cualquier misterio NO ponemos una creencia, entonces tendremos que buscar por nosotros mismos el conocimiento directo de lo misterioso, y esta búsqueda es la única manera de que podamos ser libres, sabios y armónicos.
Las creencias nos producen fuertes sensaciones de seguridad y muchas nos prometen la salvación y otras la felicidad o un mundo mejor.
El conocimiento directo de la realidad nos ofrece la posilidad de la libertad, de la sabiduría y de la armonía.
En nuestra mano está decirdir por qué opción nos inclinamos.
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