domingo, 20 de septiembre de 2020

EL SUEÑO DEL FOTÓGRAFO

 



  A aquel jubilado le gustaba salir al campo a fotografir la Naturaleza. No tenía ninguna pretensión artística, pero tenía cierta inocente vanidad y le gustaba enviar sus mejores foto a los amigos y que éstos le admiraran por ello, además, se decía a sí mismo que con esas fotos les daba la alegría de contemplar algo bello y además servía para que valoraran más a la Naturaleza. 


 Pero cada día que salía al campo siempre sentía alguna frustración: "¡Lástima que la mariposa no se hubiera quedado más tiempo en aquella flor! ¡Lástima que aquel pájaro no se hubiera posado en aquella rama!."


  Una noche soñó que salía otra vez al campo y que le bastaba con desear que apareciera una mariposa o un pájaro para que lo hicieran. ¡Qué fotos les hacía! ¡Qué contento volvía a casa! ¡Cómo disfrutaba viéndolas en el ordenador! ¡Cómo disfrutaba al mandarlas a los amigos! ¡Qué felicitaciones que recibía!


  Al cabo de un tiempo aquellos placeres empezarona ser cada vez más débiles, y entonces pensó que si pudiera hacer lo mismo con el comportamiento de la gente, ¡Cuántos problemas se ahorraría! ¡Cuántas satisfacciones obtendría! ¡Cuánto bienestar para su vida! ¡Cuántas soluciones para los conflictos y para los problemas de la gente!


  Y entonces se despertó. Tras unos minutos de reflexión se dijo a sí mismo:


  "-¡Menos más que sólo ha sido un un sueño. Qué problemas que hubiera podido tener y hubiera podido crear a los demás con todos esos poderes!". Y a partir de aquel día aceptaba sin frustrarse el comportamiento de los pájaros, de las mariposas y de las personas. Y pensó: "-¡Esto si que es un poder realmente útil!"

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