La realidad de la granada está formada por su cáscara y por los granos que lleva dentro. Su cáscara nos ofrece signos de como estarán sus granos, pero la realidad de estos granos no la veremos hasta que ella se abra o nosotros la abramos. Mientras tanto, todo son creencias.
¡Ay realidad!
¡Qué poco y que mal te aceptamos, y por
ello se confunde con las creencias!
¡Cuánto y que bien las adaptamos a las
esperanzas, ilusiones y apetencias!
Falsas realidades son las creencias,
¡Pero qué reales son sus consecuencias,
y pese a ello a qué pocos despiertan!
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