sábado, 13 de mayo de 2017

TRIPLE SUEÑO





   -¿Cuáles son tus sueños? -Le preguntó María a su amigo Javier. 

  -Tengo tres. El primero es tener lo que necesito para poder vivir sin problemas, y la verdad es que necesito poco para ello, de hecho, con mi trabajo me basta, pero es trabajo no es seguro y podría quedar en la pobreza si no hago los esfuerzos que me piden mis jefes. -Respondió Javier. 

  -Efectivamente, casi nadie tiene garantizado el no caer en la pobreza. Pero continua. -Pidió María. 

  -El segundo es poder hacer aquello que realmente me satisface, desarrollar mis potenciales naturales, pero muchas veces esto no me resulta posible, pese a que no tengo gustos raros ni imposibles de realizar, y además, hacer esas cosas no daña a nadie. -Dijo Javier. 

  -Sí, esto es algo bastante difícil. Bueno, ¿y cual es tercer sueño? -Preguntó María. 

  -Ser justamente valorado por lo que soy y por lo que hago. Consiguiendo estos tres sueños me sentiría plenamente satisfecho y no desearía nada más. -Contestó Javier seguro de sí mismo. 

  -Mucha gente se sentiría plenamente satisfecha con eso, aunque muchos más no se satisfacen nunca ni con eso ni con otras muchas cosas. -Dijo María. 

  -Y por culpa de estos insatisfechos ambiciosos el mundo presenta tantos problemas y tantos sufrimientos. -Se quejó Javier. 

  -Tienes razón, sin embargo, no eres consciente de todas las consecuencias de tus sueños. -Dijo María. 

  -Ninguna sería mala para nadie. -Se defendió Javier. 

  -En eso también tienes razón. Pero tus sueños te atan a todo lo que tienes que hacer para conseguirlos, al hecho de depender de ellos, y al miedo a perder lo que ya tienes, y además, centrado en ellos, no dedicas ni energías ni tiempo a tu mundo espiritual, y así no es posible que alcances la satisfacción. -Replicó María.

  -Explícate mejor. -Pidió Javier. 

  -Verás. La mayoría de la gente dedica sus esfuerzos, sus energías y su tiempo solamente a conseguir sus ambiciones, a conseguir lo que creen necesitar, o a conseguir deseos como los tuyos. Esta actitud provoca conflictos entre los diferentes deseos, y eso no sólo crea problemas y sufrimientos, sino que también tiene otras dos consecuencias. La primera es que casi nadie puede conseguir sus anhelos debido a los problemas creados por todo lo que el conjunto de la sociedad hace para conseguir sus deseos. La segunda es que al no valorar la libertad y la espiritualidad no hay posibilidad alguna de acabar con los diferentes problemas ni de evitar que surjan. En esta trampa está prisionera la mayoría de la gente, y los prisioneros no ven esta trampa, cosa que también te pasa a ti aunque no creas ningún problema con tus deseos. -Concluyó María. 

    Y Javier quedó muy pensativo, pues nunca había pensado en los argumentos de María.  


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