martes, 16 de mayo de 2017
LO POSIBLE Y LO SOÑADO
En cualquier aspecto de nuestras vidas, ante nosotros se nos presentan siempre dos caminos: el de lo posible y el de lo soñado.
EL CAMINO DE LO POSIBLE. Está constituido por tres aspectos:
*Nuestras capacidades.
* La actitud de los demás.
* El fluir natural de las cosas.
Seguir por esto camino nos exige aprender a aceptar estos tres aspectos, aunque de manera diferente.
Nuestras capacidades siempre podemos ampliarlas, pero hemos de aceptar nuestros límites, y eso significa también que hemos de aceptar el hecho de que son muchas las cosas que no podemos conseguir, y por lo tanto hemos de aprender a no frustrarnos por ello. Y un aviso, no oigamos los cantos de sirena de aquellos que dicen que todo se puede conseguir, pues la frustración y otras consecuencias dolorosas están garantizadas si nos creemos esto.
La actitud de los demás no podemos cambiarla con razonamientos, sólo podemos cambiarla por medio de cualquiera de los medios de la manipulación o si los derrotamos en los conflictos que tengamos con ellos, pero esto tiene un alto precio en dolor y en pérdida de libertad, y contiene también una trampa: Cuando conseguimos lo deseado, al cabo de un tiempo deja de producirnos placer y nos vemos impulsados a buscar más cosas, y se vuelve a producir el mismo proceso. Aquí, o aceptamos este juego o renunciamos a él, pero no deberíamos quejarnos de las consecuencias de jugarlo.
Ante el natural fluir de las cosas necesitamos ser capaces de comprenderlo profundamente y de aprender a aceptar ese fluir, pues esa aceptación es siempre un camino de liberación, un camino que no crea problemas y que va acabando con los existentes.
LO SOÑADO. Cuando lo posible nos resulta doloroso o insatisfactorio, entonces se presenta ante nosotros la opción de lo soñado, lo cual presenta tres aspectos:
* Las fantasías.
* El afán por conseguir un sueño.
* Las luchas por unos ideales.
Las fantasías son una evasión, pero cuando se sabe separar la fantasía de la realidad, la fantasía nos muestra lo más hondo y elevado de nuestra conciencia.
El afán por conseguir un sueño requiere, esfuerzo, sacrificio, fuerte voluntad, y a veces una intensa transformación interior, y todo eso no garantiza el éxito, y cuando el éxito se alcanza, las satisfacciones que nos produce siempre llega un tiempo en el que se acaban, y vuelta al esfuerzo y al sacrificio si queremos conseguir otro sueño.
Las luchas por los ideales, triunfen o fracasen, son puro artificio, y siempre producen mucho dolor y a veces destrucción y tragedias, y cuando fracasan a esto hay que añadir una fuerte frustración. Cuando la lucha por los ideales triunfa da lugar a nuevos mundos los cuales, aunque resuelven viejos problemas, siempre crean otro nuevos que exigen nuevas luchas, nuevos conflictos, nuevos ideales, y así sucesivamente.
Hay quien cree que esto es el progreso y que debido a las luchas por los ideales las cosas han mejorado. Hay quien cree que no merece la pena luchar por ningún ideal, que sólo cuentan los placeres que se puedan obtener en esta vida. Hay quien cree que lo que cuenta es buscar la liberación interior y la armonía.
Podemos pensar que todo son creencias, puntos de vista, opiniones, y también podemos dedicarnos a ahondar en nuestra conciencia y a escuchar lo que nos dice.
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