lunes, 19 de marzo de 2018

SOMOS EXPLORADORES




   Hace 200.000 años vivíamos en el Este de África, hoy día hemos colonizado todo el planeta y estamos explorando el Universo. Nuestra capacidad de exploración forma parte de nuestra naturaleza, y como las demás capacidades, podemos usarla de varias maneras. 

    Una de ellas es usar el conocimiento adquirido en nuestras exploraciones para dominar aquello que conocemos con el objetivo de satisfacer nuestros deseos, la otra es usar el conocimiento para buscar la manera de armonizar con aquello que vamos descubriendo, para fundirnos con ello. De cada uno de nosotros depende la intención que tengamos al explorar y el uso que demos a lo descubierto.

   Somos exploradores y necesitamos seguir siéndolo, no solamente nos queda muchísimo universo que explorar, sino que a cada uno de nosotros nos quedan varios aspectos que aún no conocemos a fondo. Nos queda por conocer con los ojos de la conciencia la sabiduría de los grandes sabios, nos quedan nuestro interior, y del mundo que nos rodea nos queda por conocer su esencia verdadera, esa esencia que la ciencia, la razón y la mente no pueden alcanzar a comprender. 

  Toda la sabiduría ya está dicha por los grandes sabios y escrita en libros, sin embargo los libros en los que está escrita son papel, son manchas negras sobre un fondo blanco, son algo que captan nuestros ojos y procesa nuestra mente. Sin embargo, eso es un conocimiento necesario pero superficial, es sólo una primera puerta al conocimiento. 

   Necesitamos claridad total para que esa sabiduría no se convierta en nuestra mente y en nuestras emociones en doctrina, en dogma, en verdades incuestionables. Necesitamos tiempo para que sea totalmente clara en nuestra conciencia y se cargue con la energía espiritual que nos va transformando interiormente. Necesitamos tiempo y exploración para que las semillas de esa sabiduría germinen en nuestro interior y empiecen a dar flores y frutos. 

  En nuestro interior está todo el conocimiento sobre nosotros mismos, ya nacemos con él, pero necesitamos que aflore, que se haga presente en nuestra conciencia, que se dote de energía para poder vivir de acuerdo con él, y para ello necesitamos serenidad, receptividad, exploración y tiempo. 

  A nuestro alrededor está todo el conocimiento del Universo, el cual se refleja en todos los aspectos de la Naturaleza, aspectos de los que nuestros sentidos y el método científico sólo captan lo más superficial, pero desconocen las esencias, las energías, las leyes ocultas, el fondo último. Esto se puede conocer, para ello necesitamos serenidad, receptividad, exploración y tiempo. 

  Ser exploradores requiere también la liberación de nuestros lastres, los cuales cada cual ha de descubrirlos en sus propios deseos y creencias. Tenemos mapas dibujados por los grandes sabios, pero para adquirir nuestra propia sabiduría necesitamos meternos a solas y de lleno en esos territorios, navegar por esos océanos, y hacerlo con nuestros propios zapatos, con nuestra propia barca, con nuestra propia brújula, y trazar nuestros propios caminos y nuestras propias rutas de navegación. 

  Somos exploradores, sólo necesitamos tomar plena conciencia de esta cualidad y desarrollarla plenamente. Las únicas respuestas realmente válidas a nuestras preguntas y sobre las que orientar nuestra vida las encontraremos en el desarrollo de esta cualidad natural. 

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