lunes, 28 de agosto de 2017
LO CONCRETO Y LA TOTALIDAD
Cuando una persona siente dolor, casi siempre cree que se debe a un problema concreto (o a unos pocos problemas concretos), o que no consigue un deseo concreto (o unos pocos deseos concretos)
Esta visión le lleva a centrar su mente, sus emociones, su inteligencia y sus energías en solucionar su problema concreto o en conseguir su deseo concreto.
Esto le impide entender la totalidad de la que todos los aspectos de su ser forman parte, la totalidad en la que está inmersa su vida, y así no entiende que lo que le causa su problema o le impide conseguir lo que desea es la actitud que él mantiene con esa totalidad.
Sin entender la totalidad puede que solucione su problema concreto, puede que consiga su deseo concreto, pero el dolor, los problemas y la necesidad de conseguir deseos volverán.
Además, el individuo centrado en solucionar su problema concreto o en conseguir su deseo concreto, o no es consciente de cómo contribuye a crear la totalidad en la que vive (y que es la que le causa su dolor), y cuando lo es, siempre encuentra una justificación para sus actos.
Por otra parte, cuando el individuo se siente bajo los efectos del placer o del bienestar, tampoco se dedica a comprender en qué consiste la totalidad en la que vive. De esta manera, también volverán el dolor, los problemas concretos y la necesidad de conseguir deseos concretos.
A veces, el individuo tiene una visión un poco más de conjunto y entiende que se tiene que unir a otros individuos para solucionar sus problemas y para conseguir sus deseos, pero esto no cambia para nada las cosas, pues cada uno de estos grupos tiene la misma visión miope que el individuo aislado.
También se da la circunstancia de que muchos individuos deciden seguir a una creencia, pero toda creencia es una visión incompleta, un sólo color, una sola cara de la totalidad, una visión que se quiere imponer al conjunto de la sociedad, y que una buena parte de la sociedad (casi siempre la parte mayoritaria) rechaza debido a sus propias creencias y visiones de las cosas, rechazo que produce conflictos, y conflictos que producen dolor, problemas y necesidades de conseguir deseos.
Comprender la totalidad en la que vivimos, aceptar su flujo natural y armonizar con esa totalidad es la comprensión necesaria para empezar a liberarse del dolor, pues sólo esa comprensión puede mostrarnos las causas y los remedios, causas y remedios que no son concretos, sino partes dinámicas de esa red de relaciones entre todas las cosas que es la Totalidad.
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