viernes, 24 de julio de 2020

LA IGUALDAD



  En primer lugar está íntimamente asociada con la libertad. Para que exista la igualdad tiene que existir la libertad, pues sin libertades unos dominan y otros son dominados. Por otra parte, cuando hay igualdad es mucho más fácil la libertad, pues cuando existe la igualdad se reducen los medios para que los individuos puedan dominar a los demás. Ahora bien, en una sociedad dominada por la creencia de que conseguir lo deseado es lo más importante, y para conseguirlo hay que luchar, la libertad y la igualdad son imposibles, pues toda lucha genera vencedores y vencidos, y los vencedores se convierten en dominadoores y los vencidos en dominados. 

  Existen otros dos aspectos fundamentales relacionados con la igualdad: 

 1º) Se trata de conceptos jerárquicos, los cuales surgen tanto a la hora de conseguir lo deseado, como en los aspectos morales. Así existen quien tiene más capacidades que los demás a la hora de conseguir aquello que la sociedad más valora, y  este es premiado con dinero, con poder, con admiración, con amor, con privilegios. También existen aquellos que la sociedad considera como moralmente más elevados, y están los que son considerados como inmorales. Por lo tanto, en estas visiones propias del paradigma dominante, la igualdad tampoco es posible. 

 2º) Tenemos el concepto de lo diferente. Existe un lema de los defensores de la igualdad entre las personas que dice: "Todos iguales, todos diferentes". Se trata de potenciar la individualidad de cada personas y a la vez reconocer que toda diferencia es igualmente valiosa, pero la socieadd no considera todas las caracterísiticas individuales igualmente valiosas. Además, nuestro ego nos dice que todo aquello que nos hace diferentes a los demás es algo que también nos hace sentirnos superiores. Aunque no se quiera reconocer, sentirse diferentes implica sentirse superiores. Así por ejemplo, los defensores de la igualdad se consideran moralmente superiores a los que niegan la igualdad entre las personas. Y esto ocurre en cualquier otra situación, así todo grupo humano que se afianza en sus diferencias, acaba por considerarse superior a los que no tienen esas diferencias. 

  La igualdad siempre es algo relacionado con las relaciones que mantenemos con los demás, y esas relaciones están regidas por nuestro ego, y nuestro ego necesita sentirse diferente, y sobre todo, que le vean diferente, único, especial, para de esta manera conseguir ser más querido, más admirado que los demás, y para eso necesita no ser confundido con el grupo, con el rebaño, y por eso nuestro ego no admite la igualdad y siempre está buscando lo que le distingue, lo que le hace superior a los ojos de los demás. 

  Sin embargo, en nuestra soledad y en nuestra armonía, la igualdad y la desigualdad no tienen razón de ser, pues en cuanto no hay comparación, y en cuanto nos sentimos uno con todo, no hay ni igualdad ni desigualdad, ni superioridad ni inferiodad.

 





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