viernes, 16 de febrero de 2018

TENEMOS UNA VISIÓN DUALISTA ¿SOMOS CONSCIENTES DE ELLO?

      La hoja es una sola aunque tenga dos apariencias distintas. Nuestra mente ve que está dividido en dos algo que es una sola cosa. 


    Yo creo que de todas nuestras facetas de ésta es de la que somos menos conscientes. Nuestra mente es dualista, y las visiones dualistas las encontramos en las creencias mágicas y religiosas, en los valores morales, en todas las ramas de la filosofía occidental, ene toda la literatura, cine, teatro, televisión, en las artes. Es decir, creemos que el dualismo es lo normal, y que no hay otra visión posible. 

   Sin embargo, la realidad de las cosas, del Universo, de la Naturaleza, es no-dualista. ¿Cómo nos afecta el divorcio existente entre nuestra visión dualista de las cosas y la realidad no-dualista? En principio no parece que nos afecte nada, pues nuestra mente cree que existe concordancia entre nuestra visión dualista de las cosas y como son las cosas realmente.

   La mente dualista debate y lucha con otras mentes dualistas en torno a lo bueno o lo malo de las cosas, a qué es lo mejor y qué es lo peor, lo conveniente  y lo inconveniente. Pero la mente dualista no se cuestiona su visión dualista.

  Sin embargo, cualquier persona observa pronto que el Bien no derrota al Mal, que la Luz no derrota a la Oscuridad, que el amor no derrota al odio, que la justicia no derrota a la injusticia, que la paz no derrota a la violencia, y esto produce frustración e insatisfacción, y muchas veces nacen la resignación, la desilusión, la impotencia. 

   Se buscan muchas causas, se dan muchas razones y explicaciones, se buscan y se encuentran responsables y culpables, y sigue la pregunta de que si el Bien es mejor que el Mal, ¿cómo es que no lo derrota?, ¿Por qué en la película de la vida los buenos no derrotan definitivamente a los malos?, pero rarísima  nace una reflexión que se cuestione la visión dualista de las cosas, con lo cual, la persona dualista sigue con sus frustraciones, insatisfacciones, resignación, escepticismo, dolor...

  A quienes creemos que la realidad es no-dualista, este hecho nos afecta de dos maneras: 

  * No nos resulta posible establecer un verdadero diálogo, una verdadera comunicación, con quienes creen que la realidad es dualista. Pensemos en cualquier conversación sobre cosas profundas. Si expresamos nuestros pensamientos no-dualistas, o no nos entienden o nos entienden mal, y por más que nos esforcemos en aclararles nuestros pensamientos, no conseguiremos que realmente nos entiendan. 

* Nos encontramos con que a pesar de creer que la realidad es no-dualista, no somos capaces de evitar tener una mente dualista ante muchísimos aspectos de la vida, sobre todo en los aspectos más cotidianos, y esto puede llevarnos a sentirnos frustrados ante nuestra incapacidad para ver las cosa como son. Esto produce en nosotros una tensión, y esa tensión produce una energía, la cual nos impulsa a seguir con nuestro camino espiritual no-dualista. 

   

No hay comentarios:

Publicar un comentario