Cuando los demás nos ven, nuestras creencias les muestran apariencias. Nuestra sabiduría les muestra nuestro grado de claridad interna. A nuestras apariencias y a nuestras claridades, unos las interpretan con sus creencias y otros con su sabiduría.
Todo lo que nosotros vemos, unas veces lo interpretamos con las creencias y otras veces con la sabiduría.
Las creencias sólo ven las apariencias, y unas veces sienten atracción y otras veces rechazo por ellas. De ésta manera, las creencias no pueden ver lo que hay debajo de las apariencias.
La sabiduría, como es sencilla y serena, ve la realidad a través del reflejo de las apariencias, y además, la acepta.
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