Con nuestros comportamientos podemos forzar los comportamientos de los demás, y los demás pueden forzar los nuestros. Los cambios forzados traen desequilibrios y conflictos, tanto con la Naturaleza, como interiores y con los demás.
A los demás se les puede ayudar, se les puede enseñar. Quienes piden ayuda o enseñanza, no lo hacen con la intención de cambiar interiormente, sino con la intención de tener y de ser más.
El cambio interior no se puede forzar con ningún comportamiento, sino que es sólo cosa del tiempo y de la posibilidad y la responsabilidad de cada cual.
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