Todo necesita tiempo para surgir, para emerger, para desarrollarse, para llegar a ser, y depués para decaer, para regresar, y para dejar de ser.
El flujo del Universo, por una parte da lugar al tiempo. Por otra parte fluye siguiendo su propio ritmo y dando lugar a todos los ciclos. Pero para cada aspecto de nuestra vida lo vemos como oleadas irregulares en intensidad y en duración, oleadas que unas veces vemos como ayudas y facilidades, y otras como obstáculos, límites y adversidades. Y ante éstas visiones surgen diversas creencias y recurrimos a diversos medios para intentar controlarlo.
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