martes, 8 de marzo de 2022

ORIENTAR NUESTRA VIDA

 


   Cuando no tenemos un horizonte claro hacia el que caminar, nos sentimos perdidos, confusos, inseguros, inestables, desequilibrados, faltos de satisfacciones, y eso nos produce miedo y dolor, los cuales nos impulsan a buscar horizontes claros. 


   Cuando hallamos un horizonte claro hacia el que caminar, ese horizonte se basa en lo que conocemos y en lo que creemos. 


   Cuando queremos vivir conforme a lo que conocemos y a lo que creemos, siempre aparecen dos tipos de situaciones que interfieren o dificultan nuestro camino: Unas resistencias interiores y unas dificultades exteriores, en vista de las cuales muchas veces nos sentimos tentados de coger caminos que nos resulten más fáciles, pero esos caminos siempre resultan ser atajos falsos. 


  Cuando aprendemos a mantenernos fieles a nuestro horizonte, eso aumenta nuestra serenidad, y esa serenidad nos va mostrando que hemos de ir modificando nuestro horizonte y nuestro camino a medida que aumenta nuestro conocimiento y disminuyen nuestras creencias. 

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