El Ser Humano dedica mucho tiempo, muchos esfuerzos, energías, riesgos y esperanzas, a evitar lo que teme, lo que le causa dolor.
A veces consigue evitarlo, pero eso sólo le basta durante un tiempo, después se siente dominado por el impulso de conseguido lo deseado.
Para conseguir lo deseado el Hombre hace muchas cosas, y frecuentemente muchas de las cosas que hace son las que dan lugar a aquello que después quiere evitar. Y así, el propio Hombre se crea una espiral que le esclaviza y le hace sufrir.
Si nos fijamos en nuestra propia vida, a veces está dominada por la espiral anterior.
Otras veces conseguimos evitar cosas que sólo dependen de nosotros, e incluso a veces conseguimos que eso nos resulte suficiente. Sin embargo, entre las cosas que queremos evitar, muchas no podemos, pues no podemos cambiar el curso natural de las cosas, no podemos cambiar a los demás, no podemos cambiar a la sociedad. Ante ésta situación se nos presentan dos cosas: En primer lugar, desarrollar una capacidad para soportar lo que no podemos evitar. En segundo lugar que nos baste con lo que somos y con lo que tenemos en cada momento. Ésto resulta fácil decirlo, pero cada uno tiene sus propias dificultades para conseguirlo, y cada uno cuenta sólo consigo mismo para afrontar esas dificultades.
Lo demás son ilusiones, esas ilusiones que han dado lugar a la espiral de evitar y de conseguir.
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