viernes, 3 de agosto de 2018

QUEMAR ENERGÍAS


       Todos tenemos unas energías y el impulso de quemarlas. De forma voluntaria o satisfactoria, la mayoría de las personas queman sus energías en conseguir sus deseos de tipo material, en conseguir placeres, en conseguir ser amados o admirados, y también en dar amor y en ayudar a los demás.

   Pero quemar las energías de estas maneras no produce ningún efecto transformador, ni sobre el individuo ni sobre la sociedad, y por lo tanto, siguen los problemas, sigue el dolor, sigue la insatisfacción, sigue la frustración, sigue la confusión, sigue el bloqueo, y sigue el deseo de conseguir más cosas, siguen los conflictos y su acción destructiva. 

   Las energías con poder transformador, las que elevan la conciencia, surgen de los aspectos siguientes: 

  * De las tragedias y de los dramas, tanto a nivel colectivo como individual. Significan un terremoto y la toma de conciencia de que hay que cambiar el rumbo para evitar que se repitan. 

  * De la necesidad de solucionar problemas de todo tipo. Pero si no se modifica la creencia dominante sobre la forma de quemar energías, se solucionan problemas concretos, pero como no se arranca la raíz ni se modifica el rumbo, surgen nuevos y viejos problemas, y sólo de vez en cuando, al solucionar un problema concreto se produce una ligera mejora que permanece. 

  * Los dos aspectos anteriores nos resultan inevitables debido a la forma mayoritaria de quemar energías. Pero frente a esas formas siempre tenemos la posibilidad de dar la prioridad en el uso de nuestras energías a la búsqueda a la búsqueda de nuestra libertad, a la búsqueda de la comprensión, y a la búsqueda de la armonía.

* Del ritmo del Tao, a través de sus energías cósmicas, las cuales también tienen el poder para elevar la conciencia, y por lo tanto el poder de transformación. 



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