martes, 28 de agosto de 2018

IDEALES DE UN MUNDO MEJOR


   Dentro de todos nosotros existe una energía que nos impulsa a desear un mundo mejor para todos. A mi modo de ver, esa energía está compuesta (en proporciones variables), por tres fuerzas que se mezclan y se confunden, con lo cual no somos capaces de ver cual es el peso de de cada una de ellas:
1) La compasión.
2) El deseo de un mundo a nuestra medida. 
2) El deseo de que los demás nos quieran y nos premien por nuestros buenos sentimientos y por lo que hacemos en favor de un mundo mejor. 

   En vez de ver a estas tres fuerzas como algo natural de nuestra psique que nos ha proporcionado la evolución, lo que existe es una visión moralista, de tal manera que la mayoría de la gente considera que la compasión es un sentimiento muy elevado y meritorio, y que las otras dos fuerzas son formas de egoísmo.

   Muchos dirán que a ellos lo único que les mueve es la compasión y que dentro de ellos no hay ninguna gota de egoísmo. Y habrá quien tendrá sentimientos de culpa por reconocer que dentro de él existe el "egoísmo" de las dos últimas fuerzas. Aquí tenemos un ejemplo de como la visión moralista distorsiona la realidad de las cosas y perturba al individuo. 

   Si el idealista siente un fuerte anhelo o bien pasa a la acción, sea con la intensidad que sea, perderá libertad, y además sufrirá cuando vea que sus ideales no se cumplen y que la mayoría de la sociedad orienta su vida por caminos opuestos a los de sus ideales. 

  Pero estas no son las únicas consecuencias: Luchar por un mundo ideal es luchar por cambiar las cosas externas a nosotros, es luchar por cambiar las creencias y las actitudes de las personas, y la energía usada en esa lucha se la restamos a la energía que necesitamos para elevar nuestra conciencia, para liberarnos interiormente y para armonizar. 

   Por último, como la gran mayoría de los ideales no tienen en cuenta el fluir natural de las cosas ni la naturaleza real del Ser Humano, cuando se consiguen algunos objetivos siempre se trata de cosas que no están en armonía ni con el Universo ni con la Naturaleza, sólo son cosas que están de acuerdo con el artificio de unos valores morales determinados, con lo cual aparecerán muy pronto nuevos problemas. 

   Si seguimos un camino espiritual nos encontramos con lo siguiente: Por un lado, toda espiritualidad tiene un alto componente compasivo, y eso nos impulsa a buscar soluciones que acaben con el sufrimiento de los demás. Pero por otro lado, todo camino espiritual tiene como medio la libertad interior, y como horizonte la armonía, la liberación y la Unión con la Divinidad. Estos dos aspectos hacen que se presenten tensiones en nuestro interior, pues la energía de nuestro dolor y la energía que dediquemos a nuestras creencias, a nuestras emociones y a nuestros actos compasivos, se la restaremos a nuestra libertad interior, y al camino de la armonía, de la liberación y de la Unión con la Divinidad. 

   Ahora bien, toda tensión es una energía, es un impulso que nos empuja a buscar soluciones en nuestro interior, y por lo tanto es un elemento de crecimiento espiritual puesto que esa energía irá elevando nuestra conciencia, y es el crecimiento espiritual el que realmente tiene la capacidad para acabar con el sufrimiento, tanto con el propio como con el de la Humanidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario