jueves, 7 de septiembre de 2017

HUMANOS, MUY HUMANOS


    Cada individuo y cada fragmento de la sociedad, haciéndose fuertes en su particular y sagrado castillo. Siempre intentando que su castillo sea más grandes y más fuerte lo cual les lleva a separarse de los demás y a luchar contra   ellos. 



  Las luchas causan vencedores y vencidos. El vencedor encadena al vencido. Los más fuertes, valiéndose de las debilidades, de las necesidades y de los deseos de los demás, les encadenan.
 Y cada cada cual se encadena a sus propios deseos cuando lucha por el éxito y por la felicidad. 


     Luchas que crean esas desigualdades de las que nacen aquellos que buscan vivir en las zonas victoriosas, que prefieren arriesgar sus vidas por llegar a ellas en vez de luchar por la igualdad en sus países, y así se convierten en modernos esclavos. 




    Luchas que crean problemas, problemas para los que se buscan evasiones en hormigueros placenteros por los que se ahorra todo el año, en los que se sueña todo el año. 

    Humanos, muy humanos,
    creyéndose los más sabios   
    y los reyes de la creación,
    con derecho a tenerlo todo,
    y con derecho a la salvación.
    Y en ser felices, puesta toda la ilusión.  
    

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