Todo camino espiritual empieza
con la sencillez serena.
No acaba, no hay cimas ni metas,
sólo caminantes y sendas.
La sencillez es siempre una fiel compañera
de la libertad.
Sin sencillez, la libertad no es posible.
La liberación se produce cuando armonizamos
con la Naturaleza y con nuestra esencia interior.
Estas no son verdades reveladas,
ni dogmas de fe.
Son mensajes para la conciencia,
y de ella han nacido.
Conciencia en la sencillez serena:
receptora, gestadora y mensajera.
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