no podemos controlarlo.
Lo libre y lo sabio es aceptarlo,
y dejar que nos guíe lo que dentro llevamos.
Tras un buen trecho,
el regreso es el horizonte
que nos va impulsando.
Alternando y combinando,
las tensiones y los pasos,
sobre el suelo dejado por el pasado,
acumulando lo que aprendemos,
vamos caminando.
Pensemos lo que pensemos,
sintamos lo que sintamos,
intuyamos lo que intuyamos,
sin saber a donde llegaremos,
vamos caminando.
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