CAMBIAR

 

 Para la mariposa y para el Hombre,

cambiar de comportamiento es más fácil

que cambiar interiormente.

La persona idealista rechaza muchos aspectos de la sociedad y de las actitudes y comportamientos humanos, y adopta o crea unas creencias idealizadas sobre una realidad alternativa, y lucha para imponerla, pero el éxito depende de las actitudes humanas, y éstas nunca son las soñadas por el idealista. Así, para conseguir sus ideales tiene que cambiar al Hombre, sin embargo, ningún idealista ha conseguido producir en el Hombre los cambios soñados. 

  Quien presume de ser realista, no rechaza a la realidad social ni humana, por lo tanto no quiere cambiarlas, sólo aspira a utilizar a la sociedad y a los demás en su propio beneficio. 

  Cuando la persona comienza su camino espiritual nunca está en condiciones de alcanzar las metas que le  impulsan a caminar. Por lo tanto necesita cambiar interiormente. Aquí se le presentan multitud de resistencias interiores, y aunque recurra a mil estrategias, los cambios no llegan cuando el caminante lo desea, y los que llegan, pocas veces son los que espera. 

  Los cambios interiores se producen en todas las personas, pero los factores son muchos, nadie puede controlarlos, y cuando se producen, pocas veces son los buscados. Por ello, sean cuales sean los cambios, ser flexibles es lo más libre y lo más sabio.