NO HACER LO QUE SE PUEDE HACER

 

  Ante lo que el Hombre puede hacer,

  las palomas se adaptan.

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En el Ser Humano existe un fuerte impulso a  hacer todo aquello que puede hacer. Cuando el Ser Humano quiere hacer algo y encuentra dificultades, busca la manera de vencer esas dificultades. Éstas actitudes nos han traído a donde ahora estamos. Como una parte de lo que los individuos pueden hacer y hacen, causa destrucción, daños, problemas, sufrimientos, las sociedades se dotan de normas morales y de leyes para regular aquello que los idividuos pueden hacer. 

  Esas normas y leyes funcionan a base de complejos sistemas de premios y de castigos. La búsqueda de los premios, con frecuencia lleva a los individuos a comportamientos desarmónicos de varios tipos. En cuando a los castigos, evitarlos también lleva con freuencia a los individuos a comportamientos desarmónicos, y cuando el individuo no consigue evitar los castigos, no puede desarrollar muchos de sus aspectos naturales y armónicos. Así, tanto los premios como los castigos, desequilibran y perturban a los individuos, y además, no siempre funcionan. 

  Al Ser Humano le queda la opción de regularse a sí mismo, y para ello muchas veces se trata de NO HACER aquello que se puede hacer. Sin embargo, existen tres maneras de regularnos a nosotros mismos:

  *Por represión voluntaria de nuestros deseos.

  *Por resignación ante lo que no podemos hacer, o ante lo que tenemos dificultades. 

 *Por comprensión profunda de lo necesario y de lo armónico, lo cual nos permite aceptarlo sin que eso signifique reprimirnos, ni desequilibrarnos, ni perturbarnos. 

  Cuando los individuos no se regulan a sí mismos, la sociedad los regula a base de premios y de castigos. Cuando el Hombre no se regula a sí mismo, la Naturaleza, en su fluir natural, le regula de varias maneras, todas las cuales al Hombre le resultan dolorosas, pues le limitan aquello que quiere hacer y que quiere tener. 

NOTA.- Hacer o no hacer lo que se debe es un concepto moral, pero el Universo no es moral sino natural, con lo cual, la moralidad no puede armonizar con él.  Por otra parte ya hemos visto que la moral se rige por premios y por castigos, pero  ambos producen desequilibrios y trastornos.