Cuando no aceptamos lo natural,
pretendemos que las cosas sean a nuestra medida.
Sin embargo, siempre inseparables,
ante nuestros intentos se nos presentan:
Lo bueno y lo malo.
Lo bello y lo feo.
El amor y el miedo.
Lo superior y lo inferior.
La paz y el conflicto.
El éxito y el fracaso.
Y como además,
cada uno tiene su propia medida,
la nuestra nunca la alcanzamos.
Flujo natural, nuestra medida,
en ésta tensión vamos caminando,
y tenemos las sabidurías que hallamos.
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