Vivimos tan dependientes de la artificialidad,
que la consideramos como la normalidad.
Y así, tenemos la eperanza de con esfuerzo,
con luchas, corriendo riesgos,....
podemos alcanzar lo más preciado.
Pero,
o no llega,
o es efímero.
Y ante cada frustración, ante cada fracaso,
ante la crónica insatisfacción:
La mayoría opta por estrategias más eficaces.
Muchos por buscar aliados, héroes, pastores,
santos, vendedores...
Otros por diferentes resignaciones o evasiones.
Y algunos por comprender
y por cultivar la naturalidad.
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