Serena, en su atalaya, la paloma observa.
Amanece, y en la calle, pasos, ruidos y ruedas, cada cual en pos de sus afanes, cada cual contra sus obstáculos, cada cual creando su parte de un problema del que nadie se siente responsable.
Es 22 de diciembre, el primer día del invierno, el primer día del nuevo ciclo solar, pero nadie sabe desde cuando sus afanes le ataron a sus cadenas, nadie sabe cuando su vida cambiará, cuando alcanzará lo anhelado, sabe que en su vida las penas y las alegrías se alternan...
Y en la calle, perennes, los pasos, los ruidos, las ruedas...
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