domingo, 10 de noviembre de 2019

EL CUENTO DE LOS APRENDICES



   -¿Cuáles son las personas que en la actualidad influyen más sobre la sociedad? -Preguntó un alumno. 

  - Aunque se habla mucho de la influencia de los deportistas o de quienes se dedican a la música o al cine y a la televisión, o quien son famosos en las redes sociales, en cuanto a influencia de verdadera importancia, en primer lugar están los poderosos, pero eso ya lo sabéis. También sabéis que después de ellos quienes más influyen son quienes se dedican a la política, y por supuesto, siempre están presentes en cada minuto de nuestras vidas, los científicos y los tecnólogos. Pero lo que no sabéis bien es su origen y hoy también voy a explicaros un cuento. -Contestó el viejo profesor:

   "Érase una vez hace mucho tiempo, que en un país lejano había un mago y un alquimista muy famosos y ambos tenían varios aprendices.

  Antes de darles a conocer cada nuevo conocimiento, el mago siempre les decía a sus aprendices:

  -Nunca olvidéis que la mayoría de las veces, la mejor manera de ayudar a la gente es no ayudarla, pues así ellos se ven obligados a buscar por sí mismos las soluciones, y eso les hace más sabios y más libres. Cuando veáis que lo más apropiada es ayudar directamente a la gente, tendréis mucho cuidado de ver a quien ayudáis, pues tal vez acabéis perjudicándole, y cuando por fin les ayudéis, concederles sólo tres deseos, ni uno más, y si puede ser alguno menos.

  Los aprendices ya se conocían este discurso de memoria, y lo llamaban el "sermón" o la "cantinela", y no hacían caso. Ellos lo que querían era aprender toda la magia que pudieran, y con ella obtener todo el poder que pudieran, y muchos pensaban en la riqueza. 

  En cuanto al alquimista seguía un método parecido y, antes de enseñarles un nuevo conocimiento siempre les decía:

  -Nunca olvidéis que estas fuerzas con las que vamos tratar tienen mucho poder, y que si las usáis mal se producirán resultados muy peligrosos. No hay que tomarse las cosas a broma, hay que pensar en la prudencia que en transformar el plomo en oro. Estáis ante los secretos más hondos de la Naturaleza, y cuando se descubren pueden solucionar problemas o bien crearlos, por eso, deberíais valorar más el conocimiento alquímico como base para aumentar vuestra sabiduría, que el provecho que vais a sacar de él, incluso aunque ese provecho consista en ayudar a la gente. 

   Los aprendices ya se conocían este discurso de memoria, y también lo llamaban el "sermón" o la "cantinela", y no hacían caso. Ellos lo que querían era aprender a manipular a la Naturaleza y así sacarle el mayor provecho posible, unos con la intención de ayudar a la gente, otros pensando sobre en la esperanza de transformar el plomo en oro, y casi ninguno pensando en aumentar su sabiduría o en elevar su conciencia. 

   Un día, la mayoría de los aprendices del mago se reunieron en asamblea, y uno de ellos dijo:

  -El Maestro nos pone muchas limitaciones, no nos deja que ayudemos a todo el mundo, e incluso tiene secretos que no quiere enseñarnos, no quiere que sepamos tanto como él y podamos hacerle la competencia. Creo que deberíamos esperar a que nos enseñe todo lo que nos ha prometido y después abandonarle y buscar nuestro propio camino. -Y con estos y otros argumentos, el aprendiz convenció a sus compañeros.

  En cuanto a la mayoría de los aprendices del alquimista, también se reunieron un día en asamblea y uno de ellos les dijo:

  -El Maestro nos pone muchos límites, no nos deja que investiguemos hasta el fondo, además nos prohíbe investigar algunas cosas, pero el conocimiento pleno no es posible si no podemos investigar en todos los campos y en todos los aspectos, y cuantos más conocimientos más podremos ayudar a la gente. Yo creo que tiene miedo de que sepamos tanto como él y le hagamos la competencia. -Y con estos y con otros argumentos, el aprendiz convenció a sus compañeros.

  Tanto la mayoría de los aprendices del mago, como la mayoría de los aprendices del alquimista, cumplieron con lo acordado, y siguieron sus propios caminos, pero esos caminos tuvieron que esperar hasta el siglo XVIII para empezar a florecer y a imponerse, y entonces los herederos de los aprendices del mago se dedicaron a crear ideologías políticas y a ejercer de políticos, y así hasta nuestros días. En cuanto a los herederos de los aprendices del alquimista, se hicieron científicos y tecnólogos."

  -¿Os ha quedado claro el cuento? -Preguntó el viejo profesor. 

  -Si, lo que no nos queda claro son todas las consecuencias que esto tiene realmente para nuestra sociedad. -Dijo un alumno.

  -Haced dos columnas, en una ponéis los pros y en la otra los contras, y os decantáis por la que creáis que pesa más. Si os decantáis por la columna de los pros, en ese caso creo que deberíais aceptar que en la columna de los contras está el precio que pagáis por todos los pros. Aceptar eso significa madurez y puede llevaros hacia la sensatez y la sabiduría. Si os decantáis por la columna de los contras, tendréis que aceptar que para acabar con ellos tendréis que aceptar la pérdida de los pros y buscar otros nuevos pros a partir de nuevas creencias y actitudes sobre la vida. Pero intentar que cualquiera de las dos columnas elimine a la otra, significa estupidez y locura, pues ambas están indisolublemente unidas, cada una crea a la otra. -Dijo el viejo profesor.

  Los alumnos no acabaron de entender bien la explicación más no preguntaron nada, pero dominada por su curiosidad juvenil, una alumna preguntó:

  -¿Y qué paso con los descendientes de los magos y de los alquimistas?

 -Ambos llevan vidas generalmente discretas y generalmente poco dados a la vanidad o a buscar el éxito, y son sólo conocidos en círculos reducidos, el resto de las sociedad generalmente los desprecia. Los descendientes de los magos a veces se manifiestan como personas sensatas o como sabios, y hay algunos que trabajan en espectáculos de magia. En cuanto a los descendientes de los alquimistas, pues unos siguen dedicados a la alquimia, y otros se dedican a la astrología, a los conocimientos de lo oculto, de lo paranormal, a conocimientos alternativos, o al conocimiento de eso que ahora se llama no-científico o paracientífico, pero su influencia es muy reducida. Los aprendices, al menos de momento, han derrotado a sus maestros, y esa victoria ha sido posible con el apoyo, tanto de los poderosos, como de la mayoría de la sociedad, todos los cuales creen que  pueden conseguir más cosas con ellos que con sus maestros, y hoy día esto la mayoría de la gente lo llama progreso. -Concluyó el viejo profesor. 

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