Tienen algo que no tienen las flores de jardín,
yo diría que se trata de la naturalidad, de la ausencia del artificio utilizado por los jardineros en su afán de conseguir las flores más bellas.
A las flores del campo la belleza les viene de su estado silvestre.
La mayoría de la gente prefiere el artificio a la naturalidad, prefiere la esclavitud a la libertad.
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