Tanto en los paisajes, como en nuestras visiones de la vida, siempre hay algo en lo que nos fijamos más, algo que convertimos en nuestro principal punto de referencia.
El Universo está formado de energía y de materia, y sin los dos por igual, el Universo no existiría. Y ésto mismo puede decirse del Ser Humano.
El espíritu es la energía. La materia es aquello que es movido por la energía.
Ante el Hombre existen muchas formas en las que se manifiestan el espíritu y la materia, y esas formas han dado lugar a multitud de visiones sobre el mundo y sobre la vida. Éstas visiones son casi todas ellas jerárquicas, y además, nos encontramos con que hay quienes le dan más importancia al espíritu y quienes se la dan a la materia.
Una vez establecida la importancia que le damos a lo espiritual y a lo material, nos encontramos con las relaciones que mantienen en nuestro interior éstos dos aspectos. Sea cual sea el aspecto al que le demos más importancia, consideramos que aquel aspecto al que le damos MENOS importancia es un obstáculo, una resistencia, un límite, y creemos que tenemos que luchar contra ellos, y que tenemos que vencerlos.
Y nos queda por ver cual es el grado de conciencia que tenemos sobre la función del espíritu y de la materia, y como ese grado es el que orienta nuestra vida.
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