martes, 9 de junio de 2020

ANTE LA INMORTALIDAD


  La gran variedad de creencias y de actitudes ante la inmortalidad, nos muestra varios aspectos, siendo los siguientes los destacados.

  *La envorme variedad de niveles de conciencia existenten en el Ser Humano. 

  *Las enormes dificultades que tenemos para conocer y comprender el mundo que existe tras la muerte del cuerpo. Cuando de algo existen tantas creencias y tan diferentes, eso siempre nos muestra el escaso conocimiento que tenemos sobre ese aglo. 

  *Cuando se tiene poco conocimiento sobre algo, lo que no se conoce se substituye por una creencia. Nos encontramos con que son muy pocas las personas que han tenido experiencias con el mundo que existe después de la muerte del cuerpo, y que son pocas también las que tienen algún contacto con ese mundo. De esta manera, nuestras creencias sobre la vida después de la muerte del cuerpo una mezcla de las creencias de otros y de nuestras propias deducciones o intuiciones. 

 *La gran dependencia que tenemos respecto a la muerte y a la inmortalidad. Todo lo que hacemos está centrado en ellas pese a lo poco conscientes que somos de este hecho. Rechazamos el dolor porque, consciente o inconscientemente, lo relacionamos con la muerte del cuerpo y del ego. Buscamos el placer y las satisfacciones, porque consciente o inconscientemente, las relacionamos con la inmortalidad de nuestro cuerpo y de nuestro ego. Buscamos la aceptación y la armonía con el Universo y con lo Divino, porque las relacinamos con la inmortalidad de nuestra Esencia Divina y de la Conciencia. 

  Frente a todas las complejidades de las diferentes creencias, frente a la gran dependencia respecto a ellas, Lao Tse tenía una visión muy sencilla, muy natural, es decir, muy liberada y sabia: 

      "El Maestro se da
        a cuanto el momento le brinda.
        Sabe que va a morir    
        y nada le queda a qué aferrarse:
        No hay ilusiones en su mente
        ni resistencias en su cuerpo.
        No piensa en sus acciones;
        ellas fluyen desde el centro de su ser.
        Nada hay en la vida que le retenga;
        y por ello está dispuesto a morir
        como un hombre lo está a dormir
        tras un buen día de trabajo."
          (Tao Te King. Capítulo 50)
       

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