El ego es poco flexible, y por ello afirma y niega.
El ego se afana y lucha para expandirse y para dominar.
Sólo los fracasos, las derrotas y los límites le frenan.
El ego firma la paz, sólo como estrategia para conseguir algo de los demás.
La conciencia nos muestra sendas flexibles, para liberarnos y para armonizar.
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