Cuando los seres humanos encontramos alguna certeza, nos cuesta mucho aceptarla, pues aunque siempre es natural y nos da lo que necesitamos, pocas veces nos da lo que deseamos.
Así, la mayoría de las veces damos por verdaderas y por buenas a ilusiones y creencias, con la esperanza de conseguir lo deseado, o mundos en los que podamos hallarlo.
Y con frecuencia nos aferramos a ellas, e incluso luchamos por defenderlas y por imponerlas, y no caemos en la cuenta de que las certezas requieren serenidad y tiempo para comprenderlas y para aceptarlas.
Misterios de los diferentes niveles de conciencia, los cuales sabemos que se elevan, pero no sabemos como elevarlos. Cada cual tiene el suyo, y es su mejor medio y herramienta.
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