-¿Cuáles son tus sueños? -Le preguntó María a Merlín.
-Ya no tengo sueños, ahora mi vida se basa en desarrollar mis potenciales naturales. -Respondió Merlín.
-¿Te sientes satisfecho con tu vida? -Preguntó María.
-Sí. Tengo cubiertas mis necesidades materiales, mi salud es buena para mi edad, y en los aspectos que más me importan consigo vivir como quiero.
-Respondió Merlín.
-Pero algo habrá que te gustaría tener. -Dijo María.
-Hay cosas que me gustaría tener, pues no estoy liberado de mis deseos. Pero entiendo que unas de esas cosas son el precio que pago por vivir como vivo. Tengo lo que más valoro y sé que no puedo tener algunas cosas que deseo, pues son cosas incompatibles como mi libertad o que dependen de la actitud de los demás. -Dijo Merlín.
María permaneció en silencio y Merlín continuó:
-Hay cosas que la vida no nos da, hagamos lo que hagamos, y hay cosas que todavía no he conseguido. Pero estoy aprendiendo a aceptar la carencia de esas cosas y a valorar cada vez más, no solamente aquello que tengo, sino aquello que mis conciencia más aprecia.
-¿Y qué es lo que todavía nos has conseguido?
-Preguntó María.
-Acercarme más a mi horizonte. Y no me preguntes cual es mi horizonte, pues a cada respuesta que te diera tu me harías otra pregunta y así sucesivamente, y llegaría una pregunta para lo que no tendría respuesta. -Concluyó Merlín.
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