Un año después, Jorge volvió a ver a Merlín y le dijo:
-Hace meses que llevo una vida sencilla y espiritual y mes gustaría que me mandaras otra vez al mundo sencillo, quiero comprender algunas cosas.
Merlín estuvo de acuerdo y Jorge volvió al mundo sencillo, y en una sesión de una hora vivió varios meses en ese mundo. Cuando despertó, Merlín le preguntó por la experiencia, y Jorge le dijo:
-Al principio todo fue muy bien, pues allí podía eliminar muchas de las molestias y de los obstáculos que ahora tengo para mi camino espiritual y alcanzaba un gran bienestar interior. Pero al cabo de un tiempo, cuando eliminaba una molestia o un obstáculo aparecían otros, y siempre me encontraba con que había algo que no tenía o con algún tipo de molestia o de obstáculo que acaban con mi bienestar y que me producían agitación y malestar.
-¿Y qué has aprendido de todo esto? -Le preguntó Merlín.
-Que mi ego nunca estará satisfecho, sea lo que sea lo que tenga, y que siempre deseará algo más, y que tendré que aprender a aceptar que en mi vida se alternarán los momentos de serenidad y de bienestar, con los momentos de agitación y de malestar. Creo que no he de caer en la trampa de busca como objetivo el bienestar interior, sino que lo que realmente importa es la liberación y la armonía, y hacia allá he de encaminar mis pasos.
-Contestó Jorge, y Merlín hizo un gesto de asentimiento y ambos se despidieron.
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