-Maestro, le doy muchas vueltas a la perfección, y no me aclaro, ¿Qué opinas?
-Cuando lo natural no se acepta, la perfección aparece como solución, pues nos permite sentirnos seguros, poderosos, capaces de conseguir lo deseado, y por ello la admiramos, la premiamos, la amamos, la buscamos.-Respondió el maestro y guardó silencio. El discípulo, viendo que continuaba en silencio, dijo:
-Se dice que nadie es perfecto, ¿Qué opinas?
-Quien quiere ser perfecto, ni llega a ser libre, ni llegar a ser sabio. -Respondió el maestro, y guardó silencio. Los discípulos, viendo que había cerrado los ojos, salieron a dar un paseo.
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