El poder es un medio para conseguir necesidades y deseos, y también es en sí mismo, una fuente de placeres y de satisfacciones. Está presente en todos los grupos sociales, y en todos los ámbitos de la organización social, y afecta a casi todos los aspectos de la vida humana. En las relaciones de poder aparecen los siguientes tipos de personas:
Los poderosos.
Los sometidos.
Los rebeldes.
Los liberados.
Los poderosos.- Son aquellas personas que saben vencer a sus rivales directos, saben convencer a otras personas para que sean sus ayudantes y sus seguidores, y saben vencer a quienes se rebelan contra su poder. Para ello han tenido que desarrollar cierta capacidad para el uso de la fuerza y de la inteligencia, para beneficiar a sus ayudantes y seguidores, y para manipularles a través de diversas creencias.
Los sometidos.- Unas veces se trata de personas que creen que sometiéndose consiguen más que rebelándose. Otras veces se trata de personas que se sienten impotentes ante el poder de los poderosos, de sus ayudantes y de sus seguidores.
Los rebeldes.- Unas veces se trata de personas que no soportan el poder de los poderosos y buscan mejoras para la sociedad. Otras veces se trata de personas que quieren construir una sociedad a su medida particular. En ambos casos, los líderes rebeldes tienen que vencer a los poderosos, a los rivales de rebelión, y convencer a otras personas para que sean sus ayudantes y sus seguidores.
Los liberados.- Unas veces se trata de personas que no están sometidas al poder de los poderosos o de los líderes rebeldes. Otras veces se trata de personas que se han liberado de todo aquello que da lugar a las relaciones de poder.
¿Qué es lo que lleva a cada persona a formar parte de uno u otro de éstos grupos?
Nadie tiene la respuesta, y cada cual la busca en una combinación de aspectos diferentes.
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