De manera natural, cada situación produce y requiere las mismas emociones y sentimientos.
Ante esos impulsos espontáneos, todo se vuelve muy complejo cuando:
*Los vemos como malos y como buenos.
*Nos domina el deseo de evitar el castigo
y de conseguir el premio.
*Los reprimimos o los forzamos
para conseguir el éxito.
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